Juan Jiménez-Salcedo
Resumen
En el artículo se describe, en primer lugar, la configuración jurídica de Francia como un Estado monolingüe, en el que la legislación y la jurisprudencia han blindado la preeminencia del francés frente a unas lenguas regionales con un régimen jurídico subsidiario. Posteriormente se analiza el caso concreto del sistema educativo, en el que se ha conseguido superar el paradigma republicano de la enseñanza monolingüe en francés para acomodar la presencia de las lenguas regionales como medio de instrucción, ya sea en sistemas bilingües de paridad horaria o en sistemas de inmersión. A ese respecto, se revisan los datos que proporciona la literatura sobre el caso del catalán en el Rosellón, su zona de implantación histórica en Francia. Las fuentes analizadas muestran principalmente dos conclusiones: (1) la ruptura de la transmisión intergeneracional, lo que quiere decir que ya prácticamente no existen dialectófonos y que la lengua estándar solo puede aprenderse en la escuela; y (2) la tasa de matriculación en sistemas de paridad horaria o de inmersión es demasiado baja como para poder revertir ese cambio lingüístico, por lo que son necesarias políticas más activas.