El verano-otoño se ha caracterizado por el enésimo conflicto en torno al desarrollo de un proyecto de inmersión en euskara en la escuela pública de Hiriburu (Lapurdi). La polémica resume la incómoda situación en la que se encuentra el Estado frente a la inmersión lingüística. Si desde los despachos parisinos del Ministerio de Educación Nacional imperan decisiones que revelan una hostilidad de principio par con la inmersión, les servicios desconcentrados del Ministerio se enfrentan a una realidad social que exige avances en el bilingüismo y en la inmersión, lo cual conlleva una búsqueda de concesiones territoriales. Continueu llegint…