El model d’educació lingüística català perjudica els castellanoparlants? Una reanàlisi de les dades disponibles
¿Ahogados en una confusión?
Introducción: el estudio y sus primeras conclusionesLa reciente publicación, por parte de la Fundación Europea Sociedad y Educación, del estudio Efectos de la inmersión lingüística sobre el alumnado castellanoparlante en Cataluña, elaborado por los profesores de Economía de la Universitat de Barcelona Jorge Calero y Álvaro Choi (véase el resumen del mismo en Politikon), ha causado cierto revuelo mediático y político. En este trabajo, basado en los datos de la oleada 2015 del estudio PISA de la OCDE, los autores intentan dilucidar si los alumnos de lengua familiar castellana educados en Cataluña ven perjudicado su rendimiento académico como consecuencia del diseño del modelo lingüístico escolar vigente. Se trata de una pregunta no sólo legítima sino de obligada indagación en la evaluación de políticas públicas en cualquier sociedad democrática y, por lo tanto, su análisis no puede dejar de ser bienvenido.Después de un análisis pormenorizado de los datos, el resultado final del estudio de los profesores Calero y Choi es que:“los alumnos cuya lengua materna es el castellano alcanzan un rendimiento inferior al de sus compañeros catalanoparlantes en las competencias de lectura y ciencias, una vez que se ha controlado por el efecto de una serie de características personales, socioculturales y económicas que participan en la función de producción. Estas pérdidas de rendimiento, de 10,85 puntos en ciencias y de 10,30 puntos en lectura, equivalen aproximadamente a un trimestre de escolarización. No se aprecia una pérdida significativa en el caso de la competencia de matemáticas (…)” (Calero y Choi, 2019b)De donde los autores coligen:
“En función de nuestros resultados parece recomendable un replanteamiento de la aplicación de la política de inmersión lingüística en catalán.” (…)” (Calero y Choi, 2019b)La interpretación pública de los resultados obtenidos por parte de los autores y, más aún, de buena parte de los medios que se han hecho eco del estudio, ha coincidido en la idea de que, para los castellanohablantes residentes en Cataluña, el uso de su lengua segunda en lugar de la lengua familiar como vehículo de enseñanza comportaría resultados educativos negativos. Así las cosas, no es extraño que el “replanteamiento” de las políticas lingüísticas educativas solicitado por los autores haya sido entendido como una invitación a incrementar el uso del castellano como lengua docente.
Sin embargo, más allá del ruido mediático y partidista con el que se ha arropado su lanzamiento, la lectura detenida del trabajo plantea algunos interrogantes de envergadura que llegan a poner en entredicho la interpretación apuntada. Aquí nos limitaremos a analizar dos de ellos, empezando por la necesidad de entender adecuadamente el porqué de la heterogeneidad en el impacto de la escolarización en la población castellanohablante.